Espuma blanca de un mar azulado,
donde poder descansar en playas largas
de arena dorada, es lo que le falta a mi ciudad.
Grandes avenidas de sauces llorones y
almendros en flor.
Parques de hierba mullida y suave
donde pasear y meditar con olores a rosa y jazmín.
Es lo que le falta a Madrid.
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